Ser
blogger está de moda. Hay unos 120 millones de blogs en el mundo y
se calcula que cada día ser abren 130.000 más. Una cifra
escalofriante ya que el torrente de palabras que se cuelga
diariamente en la red está provocando una desinformación absoluta.
Y es que
hoy en día cualquiera puede escribir, la búsqueda en Internet sobre
algunos temas se reduce, casi exclusivamente a blogs. Un claro
ejemplo sobre esto se encuentra en el mundo de la moda. No es lo
mismo estar especializado en este sector, reconocer los tejidos y
entender de cortes, que saber de trapitos. Por lo tanto, en
ocasiones, no se sabe si lo que uno lee es una información
contrastada y verídica o simplemente la opinión de alguien que oye
campanas y no sabe donde.
La red
está plagada de blogs escritos por adictas al Vogue y cuyo único
criterio se basa en la opinión de sus diosas: Chiara
Ferragni, autora de The Blond Salad; Carolina Engman, blogger de
Fashion Squad o Gala González, sobrina de Adolfo Domínguez y nueva
chica de moda española. Estas últimas han pasado de tener
una página en Internet a ser el centro de atención de los paparazzi
en los desfiles de Milán, París, Londres y Nueva York. Ahora son it
girls, por lo que son embajadoras de grandes marcas,
protagonistas de reportajes en las mejores revistas como Vogue o
Elle, modelos y por que no, también actrices.
Sin
embargo, este mundo se está corrompiendo. No hay nada más que mirar
a las egobloggers. Este modelo de blog nació para que las
personas pudieran mostrar lo que se lleva en la calle, un estilo
personal y por supuesto, real. Pero esto dista mucho de la realidad.
En los últimos meses, muchas de las egobloggers han vendido
su alma al diablo, o lo que es lo mismo, se han vendido a las marcas
que les pagan y regalan ropa a cambio de publicitarles en su web.
Aquí, el streetstyle se ha perdido.
A pesar
de esto, las marcas siguen dando un enorme poder a las bloggers; de
hecho, en ocasiones, las miman más ellas que a la propia prensa. O
lo que es aún peor, las meten en el mismo saco que a los
periodistas.
Un
ejemplo fue el de Marni for H&M. Antes de abrir la tienda la
Gran Vía de Madrid al público, hubo un evento para periodistas y
bloggers, ni que decir que arrasaron con todo. Pero la cuestión no
fue esa, sino que es tal el poder que han adquirido las bloggers, que
informativamente hablando, están al mismo nivel que los periodistas.
¿Quién pone nombre o cara a los periodistas de moda? Nadie. Sin
embargo, todos saben quien es Tavi Gevinson, la blogger que a sus
trece años ya tenía un hueco en la front row de todos los
desfiles. Sinceramente, hemos llegado a un punto que se ha perdido el
rumbo.