sábado, 15 de septiembre de 2012

Viaje al pasado con la moda vintage

En tiempos de crisis hay que apretarse el cinturón y rescatar del armario ropa y complementos que teníamos en el olvido. Pero que no cunda el pánico porque ahora la ropa antigua, lo vintage es lo más de la temporada y hay calles dedicadas a ello como la Calle Velarde en el madrileño barrio de Malasaña que nos traslada directamente al pasado.
Pero comencemos por el principio. ¿Qué es el vintage? Hay tres términos fundamentales que hay que distinguir cuando hablamos de vintage y es que no todo lo antiguo hace referencia a este estilo. La moda anterior a 1920 se considera una antigüedad, de los años 20 a los 50 es vintage y más allá de los 50 es retro. ¿Las prendas de Zara antiguas cuenta como vintage o retro? No,  este estilo nunca es low cost. Es ropa que tiene, como mínimo 20 años y suele ser representativa de una década. Goza de una gran calidad y unos tejidos inmejorables, en ocasiones se restaura con tratamientos exclusivos, lo que hace que aumente el precio. Sin embargo, no todo lo vintage se relaciona con las grandes casas de moda. A pie de calle, se utiliza este término para denominar simplemente la ropa antigua que aún se puede usar.
Los complementos son los reyes de esta moda y están arrasando. Bolsos, gafas, guantes, broches y bisutería invaden los escaparates y los ‘outfits’ de las it girls.
Echando la vista atrás y antes de que se levantara el imperio de Inditex, la moda que se veía por las calles era muy dispar. Sin embargo, hoy en día dando un paseo por la Gran Vía de cualquier ciudad se puede intuir, casi al cien por cien, de donde viste cada cual. Ni que decir que el señor Amancio Ortega nos viste a casi todos. Por ello, la moda vintage siempre da un toque de distinción y originalidad. Además, no son prendas repetidas, son únicas así no hay que preocuparse de que alguien lleve el mismo vestido a una fiesta, por ejemplo.
Pero el vintage no se refiere sólo a la ropa y complementos, también está presente, y mucho más de lo que pensamos, en decoración. Cada casa tiene un pedacito de vintage, un rincón que nos evoca otra época. Suelen ser muebles antiguos restaurados, como una lámpara de araña, un espejo o un marco de fotos. En los pisos modernos, que suelen ser bastante minimalistas, hay que elegir un mueble vintage que rompa armoniosamente con la decoración vanguardista, que destaque sobre el resto.
Barato y único, la moda vintage, bien sea en ropa o en decoración, son todo ventajas. La exclusividad de tener un artículo singular y a precios bastante accesibles suele ser el punto de partida para adentrarse en este arte. Además, en un mundo en que todo va tan rápido y en el que las modas son efímeras, el vintage nos permite parar, buscar la historia y conservar una pequeña parte de nuestro pasado.

lunes, 10 de septiembre de 2012

De Madrid al cielo

Cocktails en el Urban

De Madrid al cielo, siempre he querido titular así un reportaje y debo decir que lo conseguí hace unos meses cuando hice algunos reportajes de las terrazas más cool de la capital. Ahora que se acaba el verano, echo la vista atrás y la verdad es que voy a echar de menos las increibles terrrazas que tiene Madrid, un mundo lleno de glamour que ofrece unas vistas inmejorables.
                               

El cielo del Urban
Comencemos por el cielo de Madrid, la terraza del Hotel Urban. Tan sólo el nombre ya nos inspira lujo y es que el Hotel Urban es uno de los más famosos de Madrid no apto para carteras enclenques. Claramente, el Cielo del Urban, así se llama la terraza, no es para menos y aunque cuenta con una amplia variedad de cócteles y combinados, la cuenta final puede hacerte ver las estrellas. Es el precio del glamour, de juntarse con gente cool, de estar en una azotea con piscina, sofás y calefacción y mantas en invierno. ¿Las vistas lo merecen? Por supuesto que sí.
Nos vamos hasta Chueca, donde en el corazón del famoso barrio se encuentra el Oscar Room Mate, un hotel con una gran terraza en la azotea. Una pequeña piscina con fondo de color sospechoso y las baldosas rotas alrededor es el atractivo principal de este bar. El área de fumadores se encuentra alrededor de la piscina y sólo deja un metro de margen para andar por la zona, seguro que algún fumador con alguna copa de más ha vuelto mojado a casa. Las copas a un precio escandaloso y una clientela más que VIP, choni son el resultado final de una noche por el Oscar. Mucho ruido y pocas nueces.
Terraza The Roof
Vistas desde The Roof
Seguimos nuestro recorrido y llegamos al Hotel Reina Victoria donde está el The Roof, una terraza muy famosa por las sesiones fotográficas que producen allí. Es el lujo elevado a la máxima potencia. Con más de 20 cócteles diferentes, el The Roof propone una noche de chill-out bajo el cielo estrellado.
De la mano del diseño y como no podía ser de otra manera, terminamos nuestro tour en el Hotel Puerta América donde a 13 pisos de altura se encuentra el Skynight, sitio de moda por excelencia de Madrid, desde que abriera sus puertas hace ya unos años. Para los amantes de la música, destacar los conciertos de jazz en un ambiente de chill-out y para los más fiesteros, las sesiones de soul, house y bossa las noches de miércoles a sábado. Eso sí, todo con un toque muy classy.
Cócteles personalizados, cómodos sofás y un trato exquisito es la carta de presentación de las terrazas más glamurosas de Madrid. Pequeños rincones cargados de lujo en el cielo de la ciudad donde sientes la capital a tus pies.

Bloggers: el quinto poder


Ser blogger está de moda. Hay unos 120 millones de blogs en el mundo y se calcula que cada día ser abren 130.000 más. Una cifra escalofriante ya que el torrente de palabras que se cuelga diariamente en la red está provocando una desinformación absoluta.
Y es que hoy en día cualquiera puede escribir, la búsqueda en Internet sobre algunos temas se reduce, casi exclusivamente a blogs. Un claro ejemplo sobre esto se encuentra en el mundo de la moda. No es lo mismo estar especializado en este sector, reconocer los tejidos y entender de cortes, que saber de trapitos. Por lo tanto, en ocasiones, no se sabe si lo que uno lee es una información contrastada y verídica o simplemente la opinión de alguien que oye campanas y no sabe donde.
La red está plagada de blogs escritos por adictas al Vogue y cuyo único criterio se basa en la opinión de sus diosas: Chiara Ferragni, autora de The Blond Salad; Carolina Engman, blogger de Fashion Squad o Gala González, sobrina de Adolfo Domínguez y nueva chica de moda española. Estas últimas han pasado de tener una página en Internet a ser el centro de atención de los paparazzi en los desfiles de Milán, París, Londres y Nueva York. Ahora son it girls, por lo que son embajadoras de grandes marcas, protagonistas de reportajes en las mejores revistas como Vogue o Elle, modelos y por que no, también actrices.
Sin embargo, este mundo se está corrompiendo. No hay nada más que mirar a las egobloggers. Este modelo de blog nació para que las personas pudieran mostrar lo que se lleva en la calle, un estilo personal y por supuesto, real. Pero esto dista mucho de la realidad. En los últimos meses, muchas de las egobloggers han vendido su alma al diablo, o lo que es lo mismo, se han vendido a las marcas que les pagan y regalan ropa a cambio de publicitarles en su web. Aquí, el streetstyle se ha perdido.
A pesar de esto, las marcas siguen dando un enorme poder a las bloggers; de hecho, en ocasiones, las miman más ellas que a la propia prensa. O lo que es aún peor, las meten en el mismo saco que a los periodistas.
Un ejemplo fue el de Marni for H&M. Antes de abrir la tienda la Gran Vía de Madrid al público, hubo un evento para periodistas y bloggers, ni que decir que arrasaron con todo. Pero la cuestión no fue esa, sino que es tal el poder que han adquirido las bloggers, que informativamente hablando, están al mismo nivel que los periodistas. ¿Quién pone nombre o cara a los periodistas de moda? Nadie. Sin embargo, todos saben quien es Tavi Gevinson, la blogger que a sus trece años ya tenía un hueco en la front row de todos los desfiles. Sinceramente, hemos llegado a un punto que se ha perdido el rumbo.