Pero
comencemos por el principio. ¿Qué es el vintage? Hay tres
términos fundamentales que hay que distinguir cuando hablamos de
vintage y es que no todo lo antiguo hace referencia a este
estilo. La moda anterior a 1920 se considera una antigüedad, de los
años 20 a los 50 es vintage y más allá de los 50 es retro.
¿Las prendas de Zara antiguas cuenta como vintage o retro?
No, este estilo nunca es low cost. Es ropa que
tiene, como mínimo 20 años y suele ser representativa de una
década. Goza de una gran calidad y unos tejidos inmejorables, en
ocasiones se restaura con tratamientos exclusivos, lo que hace que
aumente el precio. Sin embargo, no todo lo vintage se
relaciona con las grandes casas de moda. A pie de calle, se utiliza
este término para denominar simplemente la ropa antigua que aún se
puede usar.
Los
complementos son los reyes de esta moda y están arrasando. Bolsos,
gafas, guantes, broches y bisutería invaden los escaparates y los
‘outfits’ de las it girls.
Echando
la vista atrás y antes de que se levantara el imperio de Inditex, la
moda que se veía por las calles era muy dispar. Sin embargo, hoy en
día dando un paseo por la Gran Vía de cualquier ciudad se puede
intuir, casi al cien por cien, de donde viste cada cual. Ni que decir
que el señor Amancio Ortega nos viste a casi todos. Por ello, la
moda vintage siempre da un toque de distinción y
originalidad. Además, no son prendas repetidas, son únicas así no
hay que preocuparse de que alguien lleve el mismo vestido a una
fiesta, por ejemplo.
Pero el
vintage no se refiere sólo a la ropa y complementos, también
está presente, y mucho más de lo que pensamos, en decoración.
Cada casa tiene un pedacito de vintage, un rincón que nos
evoca otra época. Suelen ser muebles antiguos restaurados, como una
lámpara de araña, un espejo o un marco de fotos. En los pisos
modernos, que suelen ser bastante minimalistas, hay que elegir un
mueble vintage que rompa armoniosamente con la decoración
vanguardista, que destaque sobre el resto.
Barato y
único, la moda vintage, bien sea en ropa o en decoración,
son todo ventajas. La exclusividad de tener un artículo singular y a
precios bastante accesibles suele ser el punto de partida para
adentrarse en este arte. Además, en un mundo en que todo va tan
rápido y en el que las modas son efímeras, el vintage nos
permite parar, buscar la historia y conservar una pequeña parte de
nuestro pasado.